La hora de la despedida



Ya los años son viejos
y me anidan los recuerdos
las cartas del pasado
las imágenes algo borrosas
mis ojos cansados
en penumbras te invoco
mediante esta carta
que en mi cuarto escribí poco a poco
ya no soy la misma
no solo los años en mi piel se divisan
sino en mi voz quebrada
así también en mi espalda encorvada
y en mis pasos cansados
a Ti, Dios, hoy te pido
que mi partida sea digna
que el sueño eterno
me de placer
a la hora de partir
tan solo quiero ver
el cielo estrellado
y con el canto de algún pájaro
envolverme en ese vuelo
es todo lo que quiero
ya de la vida he gozado
mucho es lo recibido
que en mi alma está grabado
aquí dejo mi presencia
mi ser y mi esencia...