En vos perdí mi alma

En cada beso suspira mi alma y se acurruca en un rincón de tu corazón, silenciosa, enamorada.
En cada latir que escucha se enorgullece de su encanto porque sabe que allí algo bueno está causando.
Nunca supo de amor hasta que murió en tus brazos, rendida, perdida...
Apasionadamente encendida.
Y mira que ella no es de andar anclada, pues ahora mismo quedó tan quitecita,
que como soñando dulcemente no quiere despertar...
Ni siquiera piensa volver a su lugar.
Encarcelada quedó, cuidala por favor,
tu amor es quien la cautivó y nunca más regresó.